mayo 24

CÓMO POTENCIAR EL PLACER POR LA LECTURA EN FAMILIA

Introducción

A todos nos gustaría que nuestros hijos fueran grandes lectores. La realidad es que no siempre sucede así. Para muchos niños leer constituye un aburrimiento o cuanto mas una obligación que les quita tiempo para sus diversiones favoritas.

La lectura puede ser un instrumento de capital importancia para formación integral del  niño. Y en efecto es así, porque a través de ella:

–         se favorece la creatividad del niño

–         enriquece su vocabulario

–         desarrolla su expresión oral

–         asimila de modo intuitivo las normas que rigen la escritura de una lengua ( ortografía, sintaxis etc.. )

–         desarrolla su comprensión lectora (con todo lo que ello implica en la mejora de su capacidad para el estudio)

–         incrementa de forma amena y gradual la cultura

–         abre horizontes y se fomenta el interés por determinadas materias 

–         ocupa cantidad de su tiempo de ocio en una actividad formativa

Pero a la vez para que la lectura sea un instrumento eficaz es necesario que esté debidamente orientada, por ello es necesario tener en cuenta que:

–         no se trata tan sólo de leer por leer

–         no da igual hacerlo con cualquier libro

–         no es indiferente que su dedicación sea ordenada y equilibrada a que lo sea arbitraria y caótica 

–         no debe interferir con otras actividades tan necesarias para un niño como el hacer deporte, o relacionarse con sus amigos

No olvidar que para un niño todo lo que está en letra impresa constituye un «dogma» para él

–         Un mal libro puede hacerle más daño que una mala imagen de TV

–         En consecuencia los padres han de ser muy prudentes a la hora de elegir un libro para sus hijos. Ante la duda es mejor esperar a comprarlo después de haberse asesorado  con una persona idónea.

–         No hay que dejarse llevar por el título del libro o de la colección (al igual que ocurre con determinados programas de TV denominados  «infantiles»)

–         Los padres – principales responsables de su educación – deben saber siempre qué libros están leyendo sus hijos

–         Asimismo conviene revisar los libros que se tienen en casa. Es posible que alguno de ellos no sea conveniente que esté al alcance de un niño.

–         Afortunadamente hoy día existe mucha y  buena literatura para todas las edades. Sería una pena que habiendo tanto para escoger, nuestros hijos acabaran leyendo el primer libro   que les «cayera» en sus manos

No conviene olvidar que  cualquier actividad para niños – el deporte, el  arte, la música,  la lectura…..- no son formativas en sí mismas. Lo son en la medida que los responsables de la actividad se propongan a través de ella, objetivos formativos y pongan los medios necesarios para conseguirlos. Los padres han de descubrir que la lectura tiene para sus hijos la vertiente de un complejo vitamínico. No sólo por su carácter formativo ya aludido anteriormente,  sino porque además, incide de forma  muy positiva en el futuro de su  rendimiento académico  

–         El libro es un elemento físico a través del cual  se pueden establecer infinidad de vínculos emocionales entre padres e hijos. Acercarse a un hijo que lee interesándose por la historia que está leyendo y escuchar lo que os cuenta es una forma de comunicación con él y una oportunidad excelente de incidir en su formación. El intercambio de libros también puede ser una buena  forma de facilitar el diálogo entra padres e hijos. Un libro que se comparte da mucho de que hablar.

–         Puede ser una buena medida práctica  proponerse con ocasión de celebraciones o de situaciones propicias – cumpleaños, regalo de reyes, vacaciones de verano, etc.. –  regalar a los hijos libros explícitamente muy bien escogidos.

No hay que  esperar a que un niño sepa leer para motivarlo por la lectura. Un buen lector comienza a formarse cuando todavía no sabe leer

–         Es conveniente fomentar – con naturalidad y sin imposiciones – un rato de lectura al día. Puede ser práctico asociar la lectura a algún momento del día   (antes de al irse a dormir, después de cenar etc.)

–         Hay que facilitar que poco a poco los niños vayan teniendo su propia biblioteca (o compartida con sus hermanos)

–         En la medida que sean mayores  es conveniente buscar libros  relacionados con sus aficiones  e intereses. No olvidar que un objetivo es mantener vivo el hábito de lectura

–         Por otra parte no hay que precipitarse, hay que saber esperar para dar los libros adecuados en el momento oportuno.

–         Hay que fomentar el hábito de tener por lo menos siempre un libro empezado.

–         Intentar sustituir tiempo de TV por tiempo de lectura. ¡Esto sería un buen objetivo! Pero a la vez nunca plantear la TV como enemigo. Si es la TV lo que realmente atrae al niño, habría que fijarse en cuáles son sus programas favoritos y  tratar de buscar libros relacionados con esa temática.

–         Incluir dentro de las salidas habituales de compras, dar una vuelta por una buena librería. Aunque no se compre nada es bueno ver las novedades que han aparecido y familiarizarse con el mundo de los libros.

Asimismo también es bueno para fomentar el gusto por la lectura ir de vez en cuando a una biblioteca.

Ves a tu hijo mirando la tele, dando patadas al balón, hablando por teléfono…todo menos coger un libro y leer. La afición a leer, que los padres valoramos tanto, parece ser el último recurso para los chicos. Tu primer impulso es echarle una regañina, pero hay otros procedimientos, más lentos, pero más efectivos. La afición a leer ha de actuar por contagio porque cuando se contrae la afición a la lectura, es difícil ya curarse… 

Algunos padres tienen la impresión de que sus hijos no leen jamás. Les parece que cualquier afición, dinámica o sedentaria, resulta más atractiva para los chicos que coger un libro. En consecuencia, nace en ellos el deseo de ver a los niños más aficionados a la lectura.

Nos estamos refiriendo, claro, a una lectura libre, no concebida específicamente como un aprendizaje, sino como un gusto, una afición, un hobby. Eveline Charmeux , en su obra “Cómo fomentar loa hábitos de lectura”, distingue dos clases de lectura: la lectura funcional y la lectura de placer. Mediante la primera, los lectores obtienen información, solventan situaciones. Es la lectura necesaria para resolver un problema, para conocer las reglas de un juego o un deporte, para saber cómo se monta una máquina. Mediante la segunda, se lee para divertirse, para pasar el rato, para explorar nuevos mundos. Es el tipo de lectura en la que el lector se deja llevar por las palabras, sin ningún tipo de propósito concreto que no sea el puro placer de sumergirse en un libro.

   Es ineficaz plantear la animación a la lectura como una actividad de estudio, como plantearíamos, por ejemplo, la hora de los deberes. El famoso pedagogo y escritor italiano Gianni Rodari creó, con mucha ironía, unos consejos para conseguir que los niños «odiaran la literatura». Repasándolos vemos muchas de las actitudes equivocadas que empleamos a veces los adultos para conseguir que nuestros hijos lean. Por ejemplo, solemos presentar el libro como una alternativa (buena) a la televisión (mala) o a los cómics (malos). O les reñimos porque tienen demasiadas distracciones y diversiones. O les obligamos a leer un libro concreto sobre el que después tendrán que contestar unas preguntas. De esta manera el niño ve el libro como algo alejado de las «distracciones» que realmente le gustan, y, en cambio, lo identifica como algo muy próximo a los deberes escolares.

    La animación a la lectura difícilmente se consigue por imposición. Se obtiene a través de un tratamiento positivo, obrando indirectamente para que se cree un clima favorable a la lectura. Hay quien dice que la afición de leer actúa por contagio: por contagio de unas actitudes, de un ambiente o de una oferta creada en su entorno para que se desarrolle este beneficioso «virus». Muchas veces las aficiones y los gustos están más ligados a la afectividad que a la efectividad. Más próximo a la persuasión que de la obligación. Se trata de conseguir que el hábito nazca de los propios niños, de crear las condiciones favorables para que surja de ellos el deseo de leer, y de seguir leyendo.

   

He aquí unas cuantas líneas de actuación interesantes:

Crear en casa un ambiente de lectura. Ver al padre o a la madre con un libro o un periódico en las manos se convierte en una referencia importante del propio comportamiento. Supone además que en la familia hay ratos dedicados a la lectura a los que los hijos se pueden sumar.

Hablar sobre libros. Oír cómo se comenta el interés -o incluso el aburrimiento, por qué no- que suscita la novela que tienes entre manos prolonga la actividad lectora; se crea una transmisión de saberes y de comunicación muy importante para cimentar el gusto lector.

Leer los libros apropiados para tu hijo. Acercarse a la inmensa oferta actual de libros infantiles y compartirlos con los hijos va a suponer para muchos padres el descubrimiento de una literatura rica y variada, que proporciona momentos de conversación e intercambio con los niños.

Buscar entre esta oferta temas que conecten con sus aficiones. Hay libros infantiles sobre muchos campos y dirigidos a mentalidades y edades muy variadas. No hay duda de que sobre lo que le gusta a tu hijo hay también títulos interesantes que le pueden atrapar.

Convertir la tele en una aliada, no en un enemigo. Si la pequeña pantalla es lo que realmente le engancha, hay que fijarse en sus programas y películas preferidos y tratar de buscar libros relacionados con su pasión. Tenemos ya garantizado un mínimo de interés.

Conocer la biblioteca pública del barrio. Los fondos de la sección infantil y juvenil de las bibliotecas públicas ofrecen muchos más libros de los que se puedan comprar en casa.

– Incluir en las salidas de compras una vuelta por una buena librería. Aunque no se compre nada, es bueno ver las novedades que han aparecido, o qué hay sobre un autor o un tema que le interesó.

Tratar de averiguar qué tipo de lector es nuestro hijo y respetar sus ritmos. Hay lectores compulsivos, que no paran hasta que hayan terminado el libro. Los hay, en cambio, calmosos. Hay lectores a quienes les gusta releer el mismo libro y los hay ávidos de novedades. Los hay noctámbulos y diurnos. Darle un margen a su manera de leer contribuye a consolidar el hábito.

No empeñarse en que le guste lo mismo que a sus padres. Hay que recordar que se está forjando su gusto por la lectura, no el de papá y mamá. Y hay que saber esperar para dar los libros adecuados en el momento oportuno.

   El consejo más importante: no hay que impacientarse si vemos que estas estrategias no funcionan a la primera. Justamente porque actúan de manera indirecta, cuesta a veces que arraiguen desde el primer momento. A base de tantear, de descubrir sus aficiones y sus inquietudes se puede ir marcando la línea por la que desarrollar este hábito de manera efectiva, y, sobre todo, afectiva.

¿Me lees un cuento?

¿A quién no le gusta que le lean? El “cuento de antes de dormirse” o las horas interminables de cuentos cuando uno está en la cama con paperas o con una gripe con fiebre son algunos de los recuerdos más bonitos que se tiene de la infancia.

A los niños en realidad les gusta que les lean cuentos o que les enseñen libros ilustrados. Son momentos de proximidad y recogimiento. Normalmente uno se sienta cómodamente con el niño, y el que o la que lee se entrega totalmente. Muchos niños esperan con ilusión esos momentos en los que se les lee un cuento, por ejemplo antes de ir a dormir. No es lo mismo que un niño esté solo en su habitación escuchando un cassette de un cuento o con un adulto que se lo lea. El cassette va sonando, y no se puede hacer preguntas sobre lo que se escucha, a diferencia de cuando alguien te lo lee en voz alta. El miedo o las sensaciones que el niño quiera expresar en ese momento no encuentran ningún interlocutor. El niño está solo.

Leerle cuentos a un niño fomenta la capacidad de concentración. Un niño al que se le lean cuentos regularmente puede concentrarse bien por lo general. De este modo, a los niños les gusta aprender y escuchar con atención, hacer preguntas y divertirse con lo que les leen.

Leerle cuentos a un niño sirve para ampliar el vocabulario. Los niños a los que se les leen cuentos a menudo tienen un vocabulario bastante amplio. Claro que leer cuentos a los niños no debería hacerse sólo teniendo en cuenta este aspecto. ¡Tiene que ser divertido!

Leerle cuentos a un niño no debe acabar con el inicio de la Educación Primaria. Cuando los niños abandonan Educación Infantil  no significa que “ahora que aprendes a leer, tienes que leer tú solito”. A los que van a la escuela también les gusta que les lean algún cuento. Ya lo dirán si no les apetece.

Empiecen lo antes posible a leerles cuentos y hagan que eso se convierta en un hábito. Más adelante, decidan juntos qué leer y no pierdan esta costumbre.

¿Y qué pasa cuando nuestro hijo ya es demasiado mayor y ya no quiere que le lean nada? Pues, entonces le motivaremos para que sea él el que lea a otros; a los hermanitos, a los abuelos…

 La promoción de la lectura: un compromiso de todos ¿Qué pueden hacer los padres para motivar los niños en el hábito de la lectura? 

– Leer ante sus hijos y demostrarles con el ejemplo lo bonito, bueno y divertido que es leer. Los padres pueden apagar la TV y abrir un libro, esto es crear ejemplo. Los niños imitan los actos de los padres. No hacerlo como castigo sino como una actividad creativa y recreativa. Primero los padres debemos ser modelos lectores y después proporcionar a nuestros hijos material que puedan leer. Estar motivados ellos mismos para motivar a sus hijos a conocer más lecturas, preocuparse por la educación de sus hijos. Hablar constantemente con los profesores de sus hijos y teniendo libros en casa para leer con ellos.

– También es importante comprarles a los niños libros para niños, de temas que ellos elijan. Leerles cuentos para dormir o para amenizar la tarde o entre tiempo y tiempo de la tarea, etc.

– Compartir momentos sistemáticos de lectura con los niños, facilitando la creación de un vínculo con el libro que luego le permita acceder a cualquier fuente de conocimiento.

– Leerle historias muy sencillas para niños y, más que leerlas, actuar con la voz, hacer voces de duendes, de animalillos, de osos, de brujas y de hadas y de esa manera ella volarán en esas historias con su imaginación. De tal manera que ahora, cuando ellos lean sus historias en voz alta, harán las mismas gamas de voces, es decir: «actúan los personajes». Pero eso sí, lecturas sencillas para niños de su edad. Es conveniente leer libros que despierten el interés en los niños. Deben leer animadamente. El tono del padre al leer el libro, su interés en la lectura lo delata en las facciones. Es decir el padre debe mostrar animación e interés también.

– Acompañarles en el proceso de lectura. Facilitarles el acceso a información amena para ellos, diseñar un mecanismo de auto-evaluación lúdica (evaluar con juegos) para los niños, estar prestos a solucionar las dudas que se presenten durante la lectura a fin de evitar que los niños se desanimen por no entender lo que están leyendo.

– Deben involucrarse ellos mismos en la lectura y mostrar que encuentran placer en el acto de leer. No resulta eficaz recomendar u ordenar a los menores que lean, si padres y maestros no lo hacen y disfrutan con ello. El ejemplo es el mejor estímulo. Los padres no sólo pueden sino que deben iniciar a sus hijos en la lectura, pues todo aquello que se aprende con amor, entre los brazos de padres cariñosos va a marcar una huella indeleble en la mente del niño, que al recordar la lectura como un espacio placentero va a cultivarla por siempre.

– Es importante a través del ejemplo sentar las bases para construir en los niños el hábito, sin embargo, debe ser una labor conjunta entre todo el grupo social que rodea al niño(s), ya que el medio presiona demasiado y lleva al ser social a buscar actitudes que le den un «valor» entre un grupo. La lectura jamás debe ser utilizada como medio de castigo, es algo que se ve con frecuencia, y en ello están involucrados padres y maestros.

– Deben dar ejemplo como lectores. Comentar con la familia las experiencias gratas y los conocimientos conseguidos a través del manejo de la información escrita en libros, revistas, periódicos o a través de la web. Identificar y seleccionar materiales de interés para cada uno de los miembros de la familia y sugerirlos como posibles fuentes de información más amplia que puede dar rendimientos en términos de aprendizaje y de disfrute sobre el mundo de las letras. Para comenzar deben dar ese ejemplo de lectura, deben mostrarle a los niños que la lectura no tiene porque ser fastidiosa, y para que comiencen con la lectura incitarlos a leer periódicos infantiles con temas de su interés y cuentos infantiles.

– Jamás obligarlos a leer, hay que respetar siempre el gusto de cada uno, y darle tiempo.

– Lo primero que deben hacer los padres es leer en presencia de sus hijos. No solamente libros, sino todo aquello que signifique información: instrucciones de uso de aparatos, recetas, carteles de la vía pública, propagandas, etc. Lo segundo es opinar sobre lo que se lee, acuerdos o desacuerdos en cuanto al contenido, correcciones en cuanto a redacción y ortografía (muchos mensajes contienen errores). Otras acciones que pueden ser positivas de parte de los padres serían: Acompañarlos a Bibliotecas públicas, enseñarles a pedir libros, cuidarlos y devolverlos. Mirar escaparates de librerías o kioscos, para interesarse sobre los diferentes temas que tratan los libros y revistas.

 – Proporcionarles al inicio libros de cuentos, para que de una manera ilustrativa los niños se acostumbren a leer y aumentar su imaginación, luego, poco a poco crear una biblioteca familiar con todo tipo de libros para leernos en familia con el propósito de propiciar el hábito de la lectura.

– Deben leer ellos y comentar lo que leen. Deben comprender lo que leen. El ejemplo es la base para que los niños se motiven a leer. La lectura debe ejercitarse en diversos niveles y modalidades, dándoles un tiempo en el día para leer, para pintar, para ver televisión, para jugar, para meditar, para orar, para almorzar, para conversar.

– Ligar los juegos de los niños con la lectura de textos con diferente estructura. Conversar con los niños sobre los textos de la vida cotidiana, por ejemplo, las cartas que recibimos, los poemas que aparecen en las tarjetas de felicitación, etc.

– Ante todo leerle a sus niños en momentos privilegiados donde el contacto, la ternura y el afecto priman. Ofrecer textos a los niños. Contarle historias y motivar a los niños para que ellos las cuenten. Mostrar a través de sus propios actos el placer de leer.

– Demostrarles que en los libros puede estar la información requerida para resolver múltiples situaciones de la vida y múltiples oportunidades para estar actualizado recrearse y divertirse. Compartir con ellos lecturas de cuentos y crear historietas escritas de relatos familiares, para que los niños lean; dejar cartas y enviar cartas, ver películas de cuentos y luego decirles que hay libros en los que se basaron las películas e invitarlos a leer.

– Deberían leer juntos, y divertirse haciéndolo!!!! Y no solo en libros impresos sino también virtuales Es un motivo para compartir, aprender y tender un puente más fuerte entre padres e hijos…

DIEZ IDEAS PARA POTENCIAR EL PLACER POR LA LECTURA EN NUESTROS HIJOS 

  1. Procurar que haya libros en casa desde que son pequeños.
  2. Actuar como modelo de los hijos: que nos vean leer, que nos vean disfrutar con la lectura, con un buen libro entre las manos. Hablar con entusiasmo de los libros.
  3. Leer con ellos o para ellos, cuando son pequeños y cuando no lo son tanto.
  4. Reservar un ratito para leer todos los días, convirtiéndolo en una agradable rutina. Hacerlo en un ambiente relajado, que el niño asocie la lectura con momentos de intimidad y de cariño entre la familia.
  5. Mantener siempre una actitud positiva hacia la lectura, no echar en cara que lee poco, no utilizar nunca la lectura como castigo, no convertirla en una obligación odiosa. No situarlo como alternativa a ver la televisión o a ir al cine: una cosa no quita la otra.
  6. Comentar con nuestro hijo lo que ha leído, pero no examinarle. Y dejar que sea en el momento en que él tenga ganas de hablar.
  7. Permitirle leer lo que le guste, en función de sus preferencias. Dejar las lecturas obligatorias para la escuela. Leer debe ser un placer. No forzar nunca a terminar un libro si no le interesa. Dejar que lea lo que le guste.
  8. Visitar con él/ella bibliotecas y librerías. Que se conviertan en lugares agradables y “cómplices”.
  9. Fomentar que vaya formando su propia biblioteca, en un lugar propio ( y que trate a los libros como objetos preciados).
  10. Convertir la lectura en un premio. Regalar libros. Pedir que nos regalen libros.

 

 

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mayo 10

«LAS RABIETAS» (ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL)

INTRODUCCIÓN

¿Quién no ha tenido que aguantar en ocasiones una serie de rabietas especialmente en niños y niñas de entre dos y tres años?

Las rabietas son expresiones agresivas de desacuerdo que algunos niños utilizan frecuentemente. Son un fenómeno normal en un determinado estadio evolutivo del niño ( 2 – 3 años) y van desapareciendo a medida que el niño crece, de modo que a los 5 o 6 años prácticamente han desaparecido del repertorio conductual del niño, a menos que el pequeño haya aprendido que tener rabietas es una forma eficaz y rápida para lograr sus propósitos.

En estas edades, nuestros hijos e hijas están intentando demostrar que son capaces de actuar por sí mismos, de establecer su individualidad y pretenden hacerlo a su manera en lugar de como se les pide.

Todo ello es un signo normal de aumento de independencia, si bien no significa que sea fácil de resistir y mucho menos cuando lo hacen en público (que por otra parte es su especialidad).

Dichas rabietas siempre tienen un motivo que está clarísimo para el niño y la niña, y además, generalmente por casualidad, se han dado cuenta de que este comportamiento consigue los resultados que buscaban. Sin embargo, deben aprender que esta es una conducta inadecuada, que no conduce a nada, que no le libra de sus obligaciones y que no modifica nuestra manera de pensar con respecto a algo.

El objetivo de casi todas las rabietas es llamar la atención del adulto, y esta la consiguen no solo cuando les damos lo que piden, sino también cuando les regañamos, les miramos, intentamos razonar con ellos…etc.

Por todo ello, la forma más rápida de librarse de este comportamiento es ignorar al niño o la niña, ya que no hay forma de razonar mientras dura el enfado.

Solo así aprenderán que las rabietas no son eficaces y poco a poco decidirá usarlas con menos frecuencia.

La firmeza de los padres y madres para no ceder, esperar hasta que se calmen para hablar con los niños tranquilamente, buscar con ellos otras formas de pedir las cosas y la claridad de ideas acerca de lo que pueden y no pueden conseguir, estará en la base de la desaparición de estas conductas indeseables.

  1. ¿POR QUÉ TODOS LOS NIÑOS TIENE RABIETAS? ¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?

      Los niños empiezan a tener rabietas en la edad en que se despierta su necesidad de autonomía y ésta choca con los límites que le imponen sus padres y el medio social.

         Cuando los bebés son más pequeños, tienen otro tipo de rabietas, motivadas por la frustración de no poder lograr algo (pues no tienen suficiente habilidad) o cuando no les entienden los adultos (pues su lenguaje es aún inmaduro).

Desde los 9 meses se pueden dar por tanto este tipo de “berrinches”. El modo en que los padres van manejando estas primeras manifestaciones de la frustración del bebé y el tipo de relaciones familiares, van a condicionar que las rabietas se mantengan, vayan desapareciendo o… aumenten.

Entre los motivos de las rabietas pueden estar:

  • La frustración del niño por no poder hacer algo “inmediatamente”.
  • Su deseo de controlar el ambiente, de “omnipotencia”.

–   El deseo de llamar la atención, de ser el centro, para recibir cariño. Algunos niños descubren que “portándose mal” reciben mucha atención y cuando “son buenos” nadie les hace caso. Prefieren correr el riesgo de recibir un cachete, pero desean contacto.  

  • Cuando las normas de comportamiento son poco claras o incoherentes, el niño trata de descubrir dónde están los límites.

– Cuando los padres dan otras muestras de incoherencia o inconsistencia.

Las rabietas no guardan relación con el sexo. Tampoco se ha establecido que exista un factor hereditario determinante, aunque algunos factores pueden favorecer su aparición.

  Físicos. Los niños que tienen problemas de salud son más susceptibles de presentar rabietas: problemas respiratorios, trastornos del sueño, pérdidas de audición, etc. Igualmente, los niños que tienen retraso en el desarrollo  del lenguaje, Trastorno del Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) o autismo, por ejemplo.

  Nivel de desarrollo. Los niños pequeños enfrentan conflictos debido a su deseo de autonomía (ir al sitio que quieren, vestir como desean, etc.) y su clara dependencia. Esta situación les produce frustración, y debido a que su lenguaje es limitado para expresarse, estallan en llanto. Las rabietas en los niños más grandes obedecen quizá a la actitud de los padres: pueden haber aprendido que con esta conducta logran sus deseos o que de esta manera obtienen su atención, aunque sea de forma negativa.

  Entorno. Un niño cuya familia enfrenta problemas de carácter económico, violencia psicológica o física o falta de autoridad, tiene predisposición a sufrir rabietas con mayor frecuencia. Igual sucede si vive en condiciones de hacinamiento o no tiene contacto frecuente con otros ambientes como el parque, el centro comercial, otras casas, etc.

  Temperamento. El carácter del niño es un aspecto importante. Si es terco, nervioso o impositivo, con seguridad tenderá a manifestar sus sentimientos con más intensidad.

  1. ¿QUÉ HACER FRENTE A UNA RABIETA?

Consejos útiles para reducir el número de rabietas:

  • Apártese. Continúe con lo que estaba haciendo y si el niño está en un lugar seguro, obsérvelo a distancia.
  • Ni siquiera lo mire. Una breve mirada puede prolongar la rabieta.
  • Esperar a que el llanto disminuya y recordarle que: Cuando termine de llorar, nos iremos a jugar, o se lo contará todo más despacio.
  • Una vez finalizada la rabieta, recibir al niño o la niña como si nada hubiera pasado, dándole la oportunidad de “hacerse amigos” otra vez.
  • Si mantiene la rabieta recordarle que estamos cansados de oírle.
  • Llevarle a otra habitación y sentarle en una silla donde el niño o la niña no puedan verle pero usted sí pueda controlarle y mantenerlo allí durante dos o tres minutos según la edad (un minuto por año más o menos), recordándole que no podrá moverse de allí hasta que se calme.
  • Recuerde siempre que la rabieta es una herramienta que ellos utilizan para conseguir lo que desean y que generalmente no tiene ninguna razón grave.

Como saben, las rabietas aparecen más fácilmente cuando hay alguien ajeno a la familia, o cuando los padres y madres están más cansados. En este caso recuerde:

  • Anticípese al problema y avise al niño de que va a ocurrir lo que sabe que le molesta. Proporciónele tiempo para preparase y asumir la situación.
  • Dígale que pase lo que pase, o estén donde estén no se va a cambiar el «NO» por un «SI».

Si esta conducta no se trata adecuadamente en esta edad, continuará en adelante cuando los niños sean mayores y cada vez será más difícil de eliminar.

LOS PADRES Y LAS MADRES SOMOS MODELO DE CONDUCTA PARA NUESTROS HIJOS E HIJAS. CONTROLAR NUESTRO PROPIO HUMOR Y EVITAR QUE NUESTROS HIJOS PRESENCIEN ACCESOS DE CÓLERA DEMOSTRÁNDOLES QUE TODO ES MÁS FACIL SI SE COMENTA CON TRANQUILIDAD, NOS AYUDARÁ A EVITAR LAS RABIETAS INCONTROLADAS EN LOS NIÑOS Y NIÑAS.

Posibles pasos a seguir frente a una rabieta

 

Ante la conducta negativa del niño (berrinche, pataleta, etc.) trate de no mirarle a los ojos, no le hable, no le diga ninguna palabra y si es necesario, apártese de él para evitar el contacto físico.

 

Comience ignorando desde el momento en el que va a hacer amagos de ponerse a llorar, etc.

 

Lo más probable es que ante su falta de atención comience a llorar más fuerte. Es muy importante que ante este aumento de sus lloros no le preste atención, ya que estaría consiguiendo el objetivo opuesto, reforzar que llore más alto y fuerte.

 
 

Cuando el niño termine de llorar, puede, sin hablarle nada de lo ocurrido, comenzar a hacerle caso.

 
 

Repita este procedimiento de forma constante cada vez que aparezca la conducta, sin olvidar que no ha de prestarle atención.

 
 

Refuerce a su hijo positivamente cuando se porte bien, ayudará a mantener esa conducta positiva.

 

En resumen: ¿Qué hacer ante una rabieta?

  1. Primero hay que controlar la situación. Lo mejor es retirar al niño del escenario de la pataleta, tomándolo de los brazos, hablándole en voz baja, y mirándole a los ojos para que se calme.
  2. Cuando está calmado se le podrá explicar que de esa manera no va a conseguir nada. Muchos padres cometen el error de gritar y de querer hacerle entender al niño en ese momento su mala conducta. No lo haga. Lo único que conseguirá es que el pequeño se irrite más, pues en el instante de una pataleta el niño no entiende razones”.
  3. Tampoco sucumba a la tentación de complacer al niño con un «premio» para que se calme, pues el niño repetirá la pataleta cuando quiera recibir el «premio» de papá o mamá.
  4. Un niño a través de una rabieta también reclama la atención de los padres. Entonces un buen consejo es «préstele atención cuando está tranquilo y se porta bien». Generalmente los adultos cometemos el error de no hacerle mucho caso al niño en tanto está tranquilo. Pero con esta actitud podemos fomentar que el niño haga berrinches cuando busca nuestra atención”.
  5. Ya lo sabe, las rabietas son algo común, y no hay que darles mucha importancia. Solo preocúpese si suceden frecuentemente.

Para tener en cuenta…

  • Evite situaciones que puedan provocar las rabietas: el hambre, el sueño u obligar al niño a hacer cosas de adultos.
  • Enséñele a vocalizar bien, a expresar en palabras lo que quiere decir. No deje que el niño se acostumbre a expresar sus deseos a través del llanto.
  • Evite gritar o discutir delante del niño. El pequeño solo imitará su comportamiento durante una rabieta.
  • Evite discutir con el niño durante una rabieta.
    Una dosis de humor o tratar de distraer al niño con juegos, o derivando su atención a otros objetos u actividades, puede ser de mucha utilidad.

Algunas estrategias pueden ayudarle a resolver felizmente las rabietas de su hijo:

  Dele oportunidad para que tome algunas decisiones: ¿compramos los cereales con chocolate o los azucarados?

  Empiece a descubrir el temperamento de su hijo para sortear mejor sus frustraciones: ¿Tarda en adaptarse a situaciones nuevas? ¿Necesita permanecer activo todo el día? ¿Tiene hambre en la tarde? ¿Hace amigos con facilidad?

  Aprenda a decir ‘No’. Cuando no pueda concederle algo, basta con que se lo diga con firmeza, sin alzar la voz. Lo importante es que tenga claras las razones por las cuales se lo impide y se sostenga en su decisión, de lo contrario, su pequeño entenderá que puede lograr lo que quiera si insiste en su actitud.

  Ignore inteligentemente sus rabietas. Aunque esta medida a veces suele ser contraproducente o tener resultados a mediano plazo, por lo menos no refuerza su comportamiento.

Durante la crisis:

Los especialistas tienen posturas diferentes acerca de la manera adecuada de responder ante un ataque de ira. La mayoría se inclina por restarle importancia a su comportamiento y plantean algunas indicaciones.

  Aléjese a un par de pasos.

  Continúe con su actividad.

  Si está alterada/o, evite hablar.

  Si opta por hablar, hágalo con firmeza, en un tono que no sea agresivo.

  Fíjese que su hijo no se encuentre cerca de objetos puntiagudos, cortopunzantes o peligrosos.

  Asegúrese de que durante el episodio no se ofenda o lastime a otra persona.  

En cualquier caso, superado el problema no se le debe castigar ni gritar. Cuando se refiera al asunto, opte por hablar de ‘perder el control’ y no de ‘portarse mal’; de esta manera evita crearle sentimientos de culpa innecesarios. Igualmente es contraproducente mimarlo en exceso a continuación de la crisis o darle una golosina (a pesar de que ésta no haya sido el motivo del conflicto).

Manejo de la frustración

       Además de inevitable, la frustración es una experiencia que en cualquier edad, de acuerdo con la manera como es asumida, ayuda a formar el carácter y es una herramienta indispensable en el proceso de madurez.
         Es una circunstancia que aparece como parte inherente al crecimiento. Cuando el niño empieza a dar sus primeros pasos, su entorno se convierte en todo un mundo por explorar. Sus deseos de independencia no se hacen esperar; sus habilidades en ciernes chocan con sus iniciativas y se presentan sus primeras decepciones. Pero el deseo es mayor y pronto insiste en su proyecto. Sólo de esta manera avanza; es la única vía para crecer.
        En la medida en que pasa el tiempo, las circunstancias serán cada vez más complejas y el carácter del niño se desarrollará según la actitud que asuma ante las pérdidas. Por más que quiera, no puede ofrecerle todo lo que desea. El papel que desempeñe es fundamental en este proceso que será definitivo para el resto de su vida.

  1. COMENTARIO FINAL.

No hay dudas que si los padres son pacientes, sensatos, con buen tacto y sentido del humor, el manejo y la aparición de berrinches y rabietas serán un hecho aislado.

Pero es necesario remarcar que estos episodios son patrones de conducta normal en los niños pequeños que ayudan a forjar la personalidad y su carácter.

Todos los niños necesitan ser guiados en sus pautas para la sociabilización más adecuada. Los padres son los encargados de enseñar con el ejemplo además de las palabras. La violencia genera violencia e inseguridad.

Es muy importante que los padres mantengan una actitud coherente y constante, debiendo estar entre sí de acuerdo en el manejo del niño con berrinches y rabietas.

La actitud que asuman los padres en esos momentos es fundamental ya que dependerá en gran parte como el niño se comporte en el futuro.
         No responder con agresión, ni perder los estribos ya que esto genera más inseguridad en el niño y por consiguiente persistencia del problema.
Además los niños imitan estas actitudes de violencia (tirar objetos, pegar a otros niños, etc.).

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marzo 23

PAUTAS PARA HACER DEBERES CON NUESTROS HIJOS

La realización diaria de deberes persigue diferentes objetivos justificados desde el punto de vista educativo: asentar rutinas de trabajo personal y autónomo, afianzar aprendizajes iniciados en el aula, asumir responsabilidades, trabajar la disciplina y la superación personal con el esfuerzo diario y determinar si se han comprendido las explicaciones del profesor o se precisan aclaraciones adicionales que garanticen un adecuado aprendizaje.
El problema surge cuando, como padres, queremos ayudar a nuestros hijos pero no sabemos cuáles son los límites o la mejor forma de llevarlo a cabo. Por ello, en primer lugar, debemos tener claros qué objetivos debe tener nuestra intervención y los expuestos anteriormente pueden servirnos de referencia. Partiendo de ellos, a continuación se ofrecen una serie de consejos que podrían ser de utilidad para ayudar a nuestros hijos:

1. Buscar un lugar apropiado que garantice la comodidad y la concentración. Debemos disponer de una silla y mesa cómodas, eliminar los elementos distractores (ordenador, televisión, radio, etc) cuyo funcionamiento pueda dispersar la atención y tener encima de la mesa únicamente aquello que vayamos a n ecesitar. El lugar debe estar lo más aislado del ruido posible. Todo ello favorecerá un ambiente propicio de trabajo y evitará pérdidas de tiempo innecesarias.

2. Planificar un horario de inicio que podamos cumplir cada día de lunes a viernes. Es bueno que nuestros hijos sepan que el momento de hacer tareas siempre empieza a una determinada hora. Para ello dejaremos un tiempo de descanso después de la comida para jugar, leer, ver la televisión, etc, pero empezaremos a trabajar sin demorarlo mucho ya que el cansancio se incrementa a medida que avanza la tarde y las últimas horas resulta más difícil garantizar la concentración y la eficacia.

3. Planificar el trabajo a realizar. Como se ha dicho anteriormente, uno de los objetivos que persigue la realización de tareas es que los niños sean autónomos en su organización y planificación del trabajo para fomentar su responsabilidad frente a sus obligaciones personales. Por ello, es necesario dedicar un tiempo inicial a planificar la forma de organizar el horario de estudio y tareas de cada día concreto.
En primer lugar, determinaremos qué tiempo vamos a dedicar al repaso, memorización y estudio de algunas materias. Esto debe ser prioritario y hacerlo al principio, para evitar cansancio y garantizar una adecuada concentración. Posteriormente, cuando hayamos terminado el estudio, comenzaremos por las tareas, ejercicios y actividades. Siempre daremos prioridad a las que sea necesario presentar al día siguiente y, si podemos, iniciaremos aquellas que haya que completar para días posteriores. Debemos tener claro que aquello que resulte más complejo a nuestros hijos debe hacerse antes y dejar para el final lo mecánico o distendido. Suele ser un error muy frecuente, en alumnos mayores, empezar haciendo tareas y dejar para lo último el estudio. La consecuencia es que pocas veces tienen ganas suficientes para ponerse a estudiar después de una jornada agotadora y solo estudian el día de antes del examen. Este es un error que hay que evitar creando hábitos adecuados desde el principio.

4. El tiempo de descanso es fundamental. Éste debe realizarse en función de la edad de los niños para evitar excesivo cansancio y agotamiento que acaba derivando en una falta de motivación y enfrentamiento con los padres. No es correcto tampoco abusar de los descansos porque podemos romper momentos de concentración que luego son difíciles de recuperar. En definitiva, debemos conocer el tiempo máximo de concentración que tienen nuestros hijos y, una vez cumplido, hacer un pequeño parón de no más de media hora para merendar, hablar de forma distendida o realizar una breve actividad lúdica que permita volver al trabajo sin problemas.

5. Observar su capacidad de concentración. Una vez que hemos planificado la forma de organizar la jornada y hemos determinado el tiempo que dedicaremos a cada tarea, llámese estudio, actividades o trabajos, observaremos la capacidad de concentración de nuestro hijo y el tiempo que presta una atención focalizada a lo académico. Este tiempo, si trabajamos bien las rutinas propuestas, debe irse incrementando y ser cada vez más eficaz.

6. Debemos dejarles hacer, potenciar su autonomía. Un error muy frecuente es que los padres hacemos las tareas a nuestros hijos. Esto, lejos de beneficiarles, les perjudica y puede generar una dependencia del adulto que derive en inseguridad y apatía. Si nuestros hijos saben hacer los deberes solos, tenemos que dejarles porque de otra forma les privamos de la oportunidad de aprender y crecer. Ellos deben ver en nosotros alguien a quién acudir si tienen dudas y pueden mostrarnos la tarea terminada, pero debemos darles el margen de equivocarse y aprender de sus errores. Esto no debe interpretarse como un fracaso, sino como parte del mismo proceso de aprendizaje.

7. Elogiar su esfuerzo. Debemos transmitir a nuestros hijos que no deben luchar por ser los mejores de la clase, sino superarse a sí mismos. El esfuerzo, la persistencia en el trabajo, el interés, las ganas de aprender y la capacidad de sobreponerse a sus errores debe ser lo que más orgullosos nos haga sentir. No solo los resultados cuentan, en el colegio todos estos aspectos también son calificados y evaluados porque crean personas con unas actitudes ante la vida. Por ello, debemos ser muy explícitos a la hora de transmitirlo a los niños y no escatimar en elogios, caricias y abrazos que así lo demuestren.

8. Coordinarnos con el centro. Tendremos muchas ocasiones en las que no sepamos solucionar sus dudas o ayudarles en determinadas tareas. En estos momentos la coordinación con el centro es imprescindible. Podemos comunicarnos con el profesor pertinente para explicar nuestra situación o pedir aclaraciones sobre la forma de proceder. Desde el centro educativo el profesorado agradece el interés de la familia por trabajar unidos en beneficio de los niños, ya que es tarea común. Por ello, es igualmente importante no hacer comentarios ofensivos hacia los profesores que puedan ser escuchados por los niños, ya que desautorizamos su labor y nuestro hijo puede sentirse muy confundido. Las dudas o sugerencias es mejor tratarlas en persona.

9. Poco a poco debemos retirar nuestra ayuda. Inicialmente dedicaremos mucho tiempo a la planificación del horario de trabajo, la organización a la hora de realizar las tareas, al desarrollo de las mismas, etc. Debemos ser conscientes que esta ayuda, tal y como se ha dicho antes, no puede convertirse en una dependencia hacia nuestra persona. Por ello, una vez que sepan organizar su planificación, supervisaremos los tiempos que dedican a cada materia para finalmente comprobar el trabajo realizado. Este proceso puede durar cursos enteros y dependerá de cada niño. A pesar de ello, debemos observar cierto progreso con el paso del tiempo, de otra forma algo deberíamos cambiar. ¡No pueden llegar a bachillerato y demandar que los padres les ayuden a estudiar!

10. Considerarlo un tiempo para disfrutar con nuestros hijos. Cuando ayudarles en las tareas escolares se convierte en un momento amargo que genera tensiones y deteriora el clima familiar, debemos plantearnos un cambio. Para ello es preciso revisar nuestras expectativas personales sobre lo que queremos que nuestro hijo consiga. El refuerzo positivo, las manifestaciones verbales de orgullo, el elogio delante de la familia sobre sus logros, el reconocimiento de su esfuerzo y la revisión de sus progresos son para ellos más importantes que unas calificaciones numéricas. Debemos disfrutar de este tiempo como una parte más en la que contribuimos a su crecimiento desde el cariño y el afecto con grandes dosis de paciencia.

María Sánchez Calvo.

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septiembre 3

CONSEJOS PARA AFRONTAR LA VUELTA AL COLE DISFRUTANDO DE LA EXPERIENCIA.

     En espacio de pocos días, niños y mayores, volveremos a la dinámica que el curso escolar nos marca. La vuelta al “cole” puede convertirse en una experiencia fantástica que podemos disfrutar con nuestros hijos o una pesadilla que condicione nuestra vuelta a la rutina. La forma en que los adultos orientemos este proceso, cómo lo vivamos y programemos, es esencial para conseguir uno u otro resultado.

        A continuación se ofrece un decálogo de consejos que pueden ayudarnos a afrontar la vuelta a las aulas:

1. Adaptar las rutinas de sueño y alimentación: durante el verano los horarios de sueño y comida se alteran de forma inevitable. Es recomendable que, alrededor de una semana antes del inicio del curso, ajustemos los horarios en que nuestros hijos se van a la cama y se despiertan. Es importante respetar unas horas de sueño que garanticen que los niños están descansados y llenos de energía para poder afrontar las tareas escolares. Los horarios de las comidas de esta última semana, sobre todo desayuno, comida y cena, también deben ser acordes a los que seguirán después.

2. Recuperar el hábito de un desayuno saludable y en familia. No hay nada mejor para empezar el día que compartir en familia un desayuno saludable y equilibrado. Este debe ser un tiempo para hablar de lo que haremos, lo que nos preocupa, de cómo lo afrontaremos y de transmitir a nuestros hijos la alegría que nos produce verles crecer y abordar nuevos retos. Para ello preveremos cuánto tiempo será necesario para desayunar con tranquilidad y poder cumplir con las restantes tareas sin prisas ni agobios.

3. Preparar con antelación el material escolar. En el caso de los mayores, unos días previos, les pediremos que nos ayuden a elaborar una lista de todo el material que van a necesitar, ellos deben ser los principales implicados en esta labor. Es importante que perciban que tomamos en cuenta sus sugerencias ya que eso favorecerá una mayor motivación. Luego, pueden acompañarnos a comprarlo tomando pequeñas decisiones, siempre bajo nuestra supervisión, como el color de sus cuadernos, tipo de mochila, etc.


En el caso de los más pequeños o aquellos que se incorporan por primera vez al cole sería muy positivo disponer con antelación del material escolar que utilizarán a lo largo de curso, revisarlo con ellos, descubrir quiénes serán las mascotas de la clase según el método de la editorial y, si disponen de un cd con canciones, escucharlas juntos y familiarizarnos con las letras. Todo ello le proporcionará seguridad al niño y disfrutará aprendiendo con aquello que ya le resulta familiar.

4. Hablar de los profesores/as que tendrán en el curso. Si ya conocemos quienes serán esos profesores, sería recomendable hablar a nuestros hijos de las características positivas que tienen estos profesionales y transmitirles que confiamos en su labor. Si nos centramos en cuestionar su tarea o su método sólo conseguiremos confundir a los niños ya que podrán pensar que no son personas dignas de su admiración y obediencia. Puede resultar motivador hacer con nuestro hijo un dibujo, como regalo, que podrá entregar a su profesor/a el primer día de colegio.

5. Preparar con antelación los deberes que deben presentar. Es importante que los niños se eduquen en la constancia y el esfuerzo y reforzarles por ello. No es educativo hacer los deberes, que deberían haber realizado a lo largo del verano, en unos pocos días, ya que las prisas no ayudarán en su corrección ni podrán aprender con lo que hacen.


6. Recordar anécdotas positivas sobre su experiencia escolar. Hablar de forma positiva sobre lo que han vivido en cursos anteriores puede favorecer que recuerden el colegio como un espacio divertido que les aporta experiencias agradables. A los más pequeños, aquellos que inician su andadura en el cole, podemos ofrecerles el colegio como un premio por ser cada vez un poquito más mayores.

7. Motivar con todo aquello que podrán disfrutar en el colegio. Es recomendable explicarles todo lo que podrán hacer: jugar en el patio, en clase, en los columpios; volver a encontrarse con sus compañeros; hacer amigos nuevos; asistir a excursiones y salidas; y sobre todo, tener el privilegio de aprender. Es decisivo transmitir a nuestros hijos lo maravilloso que es aprender ya que esa es otra forma de crecimiento personal.

8. Explicarles cómo será el primer día de cole. Es conveniente explicarles a nuestros hijos qué haremos ese día, qué camino seguiremos, cuál será su almuerzo, qué material deberemos llevar, a quienes se encontrarán al llegar al colegio, que harán, quién acudirá a recogerlos, etc. El hecho de poder llevarles en su primer día les aportará confianza y conocer cómo se desarrollará esa primera jornada escolar les ayudará a afrontarlo con motivación y tranquilidad.

9. Transmitirles nuestro orgullo por todo lo que aprenderán. Nuestros hijos deben sentir que su incorporación al colegio también es muy importante para nosotros como padres porque deseamos siempre lo mejor para ellos y aprender en el cole lo es. Explicarles nuestras experiencias escolares y todo lo que nos aportaron en nuestra vida (amigos, aprendizajes, vivencias,…) puede servirles de aliciente.

10. Hablar siempre en tono positivo del colegio. Si nosotros, como padres, percibimos la incorporación de nuestros hijos como algo traumático o problemático, transmitiremos esa ansiedad a nuestros hijos a través de nuestros comentarios, actitud o comportamiento. Es imprescindible hablar con entusiasmo del colegio y enfocarlo como una oportunidad para aprender, crecer, divertirse y hacer nuevos amigos. De esta forma les aportaremos confianza, tranquilidad y alegría ante esta nueva etapa que van a iniciar.

       En la web http://avilaconniños.com/ encontraremos estos y otros interesantes consejos para disfrutar del tiempo con nuestros hijos, además de ofrecer maravillosas opciones de ocio para compartir con nuestros pequeños en nuestra ciudad abulense.

 

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noviembre 5

¿Cómo me llevo con mis compañeros?

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Si algo tenemos claro, es que no podemos llevarnos bien con todo el mundo y que cada uno de nosotros y de nuestros alumnos tiene caracteres y personalidades distintas. Sin poner etiquetas, en cada aula nos encontramos desde el más alegre y bromista, al más introvertido. Y todos y cada uno de ellos son protagonistas y juegan un papel esencial dentro del grupo- clase.

Nos preocupa como interactúan estas personalidades y las relaciones dentro de cada clase, con el fin de poder mejorarlas (en caso de que existan dificultades) o incluso fomentarlas.

Para ello esta semana, como cada curso, comenzaremos a aplicar entre nuestros alumnos los Test Sociométricos, con el fin de analizar y valorar sus relaciones en el aula, pero…¿en que consisten?

El test sociométrico fue creado por el por el psicoterapeuta Jacob Levy Moreno en sus estudios sobre la relación entre las estructuras sociales y el bienestar psicológico, en los años 30. Con ellos, se analizan el grado de cohesión y la estructura de un grupo indicando, además, la posición que ocupa cada miembro del grupo dentro del mismo.

Para Sánchez Sánchez el test sociométrico se define como «un instrumento destinado a descubrir la estructura informal del grupo a base de las respuestas que los sujetos dan a un cuestionario en el que se les pide elijan o rechacen, desde un determinado criterio, a los miembros de su grupo que cada uno estime conveniente».

Según Bermejo y Cabero consiste en una “técnica de análisis y representación gráfica de las relaciones de aceptación y/o rechazo, así como del grado de cohesión existente entre los miembros de un grupo en un momento determinado. Aplicado al aula, nos puede ser útil para recoger información acerca de la estructura interna (informal) del grupo-clase en ese momento, de la existencia o no de líderes, así como de aislados y/o rechazados, existencia de subgrupos, etc.».

El test sociométrico es , en conclusión, la herramienta que nos permite conocer la estructura interna del grupo o clase, su organización, cohesión… comprobar el grado de integración de los nuevos alumnos, detectar dificultades o casos de aislamiento o rechazo ( y poder tomar medidas para su integración y mejorar la unión entre ellos). Permite, también, utilizar la figura del líder de la clase para obtener la colaboración de los estudiantes en determinados aspectos educativos.

Conociendo las relaciones dentro de un grupo de alumnos, conoceremos mejor el modo el funcionamiento de la clase y podremos intervenir y mejorar las mismas.

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octubre 19

EL DIFÍCIL ARTE DE ESCUCHAR

Escucha con seriedad cualquier cosa que tus hijos quieran decirte, no importa qué. Si no escuchas con entusiasmo las pequeñas cosas de tus hijos cuando son pequeños no te dirán las cosas grandes cuando sean grandes. Porque para ellos, todas las cosas han sido siempre grandes.”Catherine M. Wallace

Nuestros hijos, nuestros alumnos, nuestros compañeros…tienen muchas cosas que contarnos y quieren que les escuchemos y, por más o menos importante que a nosotros nos parezca aquello que nos quieren contar, para ellos es de vital importancia y requiere toda nuestra atención.

Necesitan que les escuchemos atentamente, de corazón, demostrando verdadero interés… Y para ello no hay nada como pararse realmente ante ellos y escucharles. No hacer otras cosas a la vez, por muy atareados que estemos. Y si realmente no podemos atenderles con toda la atención en ese momento, nada mejor que decírselo y fijar otro momento para compartir esas vivencias.

Necesitan que escuchemos sus sentimientos y que les ayudemos a poner nombre a aquello que sienten. Que reconozcan emociones tales como el miedo, el enfado, la tristeza, la ira, la alegría…Y hacerles ver que les entendemos y nos ponemos en su lugar y que no pasa nada por estar enfadados, disgustados o frustrados cuando les sucede algo, sino que tienen todo el derecho del mundo.

Necesitan que no les juzguemos ni les demos consejos. Solo quieren contarnos sus experiencias y muchas veces basta con un simple “te entiendo”, sin tratar de imponer nuestro criterio.

Escuchar no es oír, es algo que requiere mucho más esfuerzo. Entender y comprender al que nos habla, ponernos en su lugar, no juzgar… y va mucho más allá de desplegar nuestros oídos, respetar los turnos de palabra o hablar en tono bajo.

Uno de los mayores valores que les podemos regalar es saber escuchar. Porque saber escuchar es la base para adquirir otras habilidades o valores. Si nuestros pequeños no saben escuchar, el mensaje que les queramos transmitir, cualquiera que sea, se perderá.

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Hablar es una necesidad, escuchar es un arte” J.W.Goethe

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junio 18

Violencia de género entre adolescentes…. ¿Cómo prevenirla?

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La violencia de género es un problema social que afecta a todos los sectores de la sociedad, incluida la población juvenil o adolescente. La violencia no se inicia normalmente con agresiones físicas sino con comportamientos de dominio y abuso. Por eso es necesario ayudar a los adolescentes y a las familias a identificar estas situaciones de maltrato para ponerle freno a esta lacra social.

Se han producido grandes avances hacia la igualdad en las últimas décadas, y que estos han afectado de forma especial a la adolescencia y a la juventud, sin embargo aún continúa la exposición a la desigualdad y la violencia de género que nace de ella. El cambio generacional no es suficiente para erradicar la violencia de género y resulta necesario incrementar los esfuerzos para prevenirla.

Por otro lado, el desarrollo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha producido un cambio en la forma en que se producen las relaciones personales entre los jóvenes. Este uso de estas herramientas ha generado nuevas formas de ejercer la violencia, especialmente hacia las mujeres adolescentes, como por ejemplo  practicar control e intimidación por parte de parejas con las que mantienen o han mantenido relaciones sentimentales.

Os presentamos unas interesantes páginas web para padres y alumnos donde podréis encontrar más información sobre ésta problemática:

http://guiaviolenciadegenero.com/index.php

http://www.injuve.es/convivencia/noticia/di-no-a-la-violencia-de-genero-desde-adolescente

http://www.madrid.org/cs/Satellite?=CM_InfPractica_FA&cid=1354194793001&idConsejeria=1109266187278&idListConsj=1109265444710&idOrganismo=1109266228570&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&pv=1354194843677&sm=1109266100977

http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_InfPractica_FA&cid=1354194793001&idConsejeria=1109266187278&idListConsj=1109265444710&idOrganismo=1109266228570&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&pv=1354195040837&sm=1109266100977

http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_InfPractica_FA&cid=1354194793001&idConsejeria=1109266187278&idListConsj=1109265444710&idOrganismo=1109266228570&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&pv=1354195035333&sm=1109266100977

http://www.ivoox.com/campana-notecortesllama-para-prevenir-violencia-genero-audios-mp3_rf_3088377_1.html

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¡¡Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran…

Vive una relación responsable y positiva!!

 

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mayo 28

Y tú… ¿Cómo aprendes?

     A estas alturas del curso…nuestros alumnos están cansados de que padres, profesores,  y ellos mismos, les digamos que tienen que estudiar y que es importante para APRENDER. Pero…¿sabemos qué es el aprendizaje?y…más importante aún ¿Sabemos cómo aprendemos?

     Si buscamos en la RAE encontraremos diversas definiciones de aprender, todas ellas relacionadas :

– Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia.

– Tomar algo en la memoria.

– Enseñar o transmitir unos conocimientos…

También en la misma fuente encontraremos otras tantas definiciones de aprendizaje:

Acción y efecto de aprender algún arte, oficio u otra cosa.

Tiempo que en ello se emplea.

Adquisición por la práctica de una conducta duradera.

     El estilo de aprendizaje que cada uno emplee tendrá que ver, por tanto, con la forma en que nuestros alumnos estructuran los contenidos, forman y utilizan conceptos, interpretan la información, resuelven los problemas, seleccionan los medios de representación (visual, auditivo, kinestésico), etc. De este modo, podemos afirmar que cada persona aprende de manera distinta a las demás y, aunque consideremos que los estilos de aprendizaje y el modo de aprender de cada uno  son relativamente estables, se pueden ver modificados en función de la situación e, incluso,  mejorarse. Afirmaremos, por tanto, que nuestros alumnos aprenden con más efectividad cuando se le enseña utilizando su estilo de aprendizaje dominante.

Ahora bien…¿Cuales son los componentes de estilo de aprendizaje? Aunque no hay demasiado acuerdo entre los distintos autores, podremos tomar como base, entre los que hay más acuerdo,  los siguientes.:

  • Las condiciones físicas y ambientales del espacio y/o aula de clase: luz, temperatura, sonido.
  • Las preferencias, por parte del alumno que aprende, de los distintos contenidos, áreas y actividades. 
  • El tipo de agrupamiento: se refiere a si el alumno trabaja mejor individualmente, en pequeño grupo, dentro de un grupo clase, etc.
  • Las estrategias empleadas en la resolución de problemas por parte del alumno.
  • Los niveles de atención en una actividad nueva y/o en actividades de retroalimentación.
  • Los materiales que busca o requiere para solucionar algunas tareas.
  • Los estímulos que le resultan más positivos para la realización de las tareas de aprendizaje.
  • La motivación: qué tipo de trabajos le motivan e interesan más, identificando los niveles de dificultad, a quién atribuye fracasos y éxitos.

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Tampoco hay mucho acuerdo en la clasificación de los distintos TIPOS DE ESTILOS DE APRENDIZAJE , así que nos centraremos en aquellos más básicos que consideramos más cercanos a nuestros alumnos:

VISUAL: En este caso, el alumno prefiere el uso de imágenes, fotografías, mapas, colores…medios visuales que le permitan organizar la información y comunicarse con los demás.

Visualiza fácilmente los objetos y utiliza visión espacial para asociar, reemplazando las palabras por imágenes.

23516__10_m_1       «Yo lo puedo imaginar»

– AUDITIVO: Prefiere trabajar con el sonido, la rima o la música. Canta, toca instrumentos, identifica sonidos en las distintas voces o timbres…

Utiliza grabaciones de sonido para proporcionar un fondo, obtener visualizaciones y ayudarse, así, a recordar cosas.Reproduce, además,  canciones para anclar emociones y gustos.

23522__10_m_1                           «Eso suena bien»

– SOCIAL: En este caso, prefiere el aprendizaje en grupo o, al menos, con un compañero de estudio. Se comunica bien con los demás. Está mejor cuando comparte ideas con otras personas, que le retroalimentan.

networking-diagram                                  «Dos cabezas piensan mejor que una»

– INDIVIDUAL: Prefiere aprender el sólo, es introspectivo e independiente. No tiene dificultad para concentrarse y es capaz de enfocar sus sentimientos y pensamientos sobre un tema concreto y determinado, confiando en la intuición y el auto-análisis.

Trata de alcanzar sus objetivos y metas  a través de creencias y valores personales.

descarga                     «Necesito un poco de tiempo para pensar, y primero conocerme a mi»

– FÍSICO: Prefiere utilizar el cuerpo, las manos, el tacto… Utilizando elementos físicos siempre que es posible y utiliza los gestos y el lenguaje corporal para comunicarse.

Procesa la acción a través de la acción y el movimiento, por lo que prefiere pensar mientras corre o camina.

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«Manos a la obra»

-VERBAL: Se basa en la palabra tanto escrita como hablada. Se trata de aquel alumno que pone en práctica, en la medida de lo posible,  las técnicas de aprendizaje oral o de redacción.

Cuando lee en voz alta lo hace variando las entonaciones, los sonidos…utiliza trabalenguas, rimas y poemas.

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«Déjenme explicarlo para ustedes»

LÓGICO:Preferirá este tipo de aprendizaje aquel alumno que utiliza el razonamiento científico-matemático, la lógica…

Destaca en la clasificación de la información, establece relaciones entre puntos y piezas separadas de datos..

Cuando no le encuentra el sentido a algo, asocia palabras.

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«Eso es lógico»

     En resumen, es importante que conozcamos aquel estilo de aprendizaje con el que nos encontramos más cómodos y en el que destacamos.

Y TU…¿SABES YA CUALES TÚ ESTILO DE APRENDIZAJE?

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mayo 11

¡Técnicas de Atención y Concentración para el estudio!

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Estamos en la recta final del curso, y  con ello vienen los exámenes, se nos acumulan las tareas que presentar y nos entran los nervios. Por este motivo, desde Orientación os queremos dar unos útiles consejos y técnicas de atención y concentración para que os enfrentéis a ello  sin miedo y con confianza y lograr superarlo sin dificultades.

Muchas veces los alumnos/as se dicen a sí mismos: Me despisto!, ¡Se me va el Santo al cielo! ¡No me puedo concentrar! Bueno pues si te pasa esto debes saber que:

I. LA ATENCIÓN:

Es la aplicación del entendimiento a algo, y puede ser voluntaria o espontánea. Las normas para realizar ejercicios de atención pueden ser:

1.1. Cada día debe realizarse un solo ejercicio.

1.2. Es necesario que en su realización pongas interés, realizándolos con calma y tiempo suficiente.

II. LA CONCENTRACIÓN :  

Es el proceso mental por el cual se centra toda la atención en un estímulo ignorando todos los demás. Las normas para realizar ejercicios de concentración pueden ser:

2.1. Deben practicarse antes del estudio, durante 5 o 7 minutos, e inmediatamente después seguir estudiando.

2.2. Si realizas algún descanso, antes de volver a estudiar debes ejercitarte nuevamente.

2.3. Cierra la ojos de forma que te facilite la concentración mental.

Llevando a la práctica todo esto tiene las siguientes ventajas:

– Facilita la comprensión de los contenidos.

– Mejora la compresión y permite la fijación y el recuerdo de una manera más fácil.

– La compresión se hace más interesante y agradable, retrasando la aparición de la fatiga.

– La atención es la antesala de la concentración, impidiendo la dispersión mental y el derroche de energías.

III. EJERCICIO PARA MEJORAR LA ATENCIÓN – CONCENTRACIÓN :

Nuestra capacidad de orientar selectivamente la atención sobre algo o alguien puede ejercitarse y con ello mejorarse.

Te damos tres ejemplos para que los pongas en práctica:

– Observa un escaparate o una fotografía durante un par de minutos. Luego reprodúcelo en detalle. Vuelve a mirar el objeto y contrástalo con lo que tu has reproducido.

– Observa un  limón con todas sus particularidades : tamaño, color, sabor, como es el tacto, su peso, etc., aléjalo y acércalo. Concéntrate en esta imagen durante medio minuto. Hazlo con los ojos cerrados.

– Piensa en la palabra SAL. Escríbela varias veces, trata de verla como un letrero luminoso.

Ahora piensa tú en ejercicios de este tipo. Escríbelos y ponlos en común en tu grupo.

adolescencia

¡Esperemos que estas recomendaciones te sean agradables de realizar y recordad

que vosotros  podéis superar cualquier dificultad!

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marzo 12

¿Programa DISCOVER? …Os lo contamos!!

Discover

 

Desde la Junta de Castilla y León, se está llevando a cabo en los Centros Escolares de Primaria y Secundaria de la Comunidad, el programa llamado «Discover – Aprendiendo a Vivir«,  para la prevención de las drogas, e  impulsado por las Consejerías de Familia e Igualdad de Oportunidades (a través del Servicio de Evaluación y Prevención del Consumo de Drogas del Comisionado Regional para la Droga) y de la Consejería de Educación (a través del Servicio de Atención al Alumnado con Necesidad Específica de Apoyo Educativo, Orientación y Convivencia de la Dirección General de Innovación Educativa y Formación del Profesorado).

 La adolescencia es una etapa compleja para la comunicación  entre padres e hijos sobre todo para hablar de estos temas.  El grupo de amigos  cobra cada vez más relevancia, desligándose paulatinamente del núcleo familiar y produciéndose una emancipación gradual de los adultos. Por eso los padres deben adaptarse a ese cambio y adoptar nuevos códigos de comunicación y formas de tratar con los hijos para resolver los nuevos conflictos que se van presentando. No hay que olvidar que la presión del grupo de amigos es una de las causas de los primeros consumos de drogas.  A estas edades formar parte de un grupo de iguales es prioritario, y se producen fuertes conflictos entre «lo que mi conciencia me dice que no debo hacer» y » lo que mis colegas hacen y me presionan para que yo haga también» por eso es crucial que los chicos/as tengan suficientes habilidades para hacer frente a esa presión y decir «¡NO!«.

Frente a estos factores de riesgo sobre  prevención de las drogodependencias, deberá ser nuestra meta convertirnos en factores de protección para contribuir a disminuir el riesgo de que nuestros niños, adolescentes o jóvenes empiecen a consumir drogas, siendo LA FAMILIA un elemento importante cuando existe una relación positiva, comunicación y afecto, con normas claras y límites que se cumplen, contándose con la supervisión de los padres en lo que hacen vuestros hijos y qué compañías frecuentan, las familias que comparten muchos ratos de ocio y emprenden actividades en común logran un mayor acercamiento; otro factor es LA ESCUELA que es donde también podemos colaborar con la prevención del consumo de drogas; convirtiéndose ambos en importantes factores de colaboración para la ejecución – programa DISCOVER – en los Centros Escolares permitiendo brindar a los alumnos información, habilidades, recursos, valores, que les protegerán ante el consumo de drogas

Los contenidos que aborda el – programa DISCOVER – son: (Autoestima y el manejo del estrés; apoyo social y vínculos sociales para desarrollar habilidades de relación interpersonal; conocimientos sobre drogas; actitudes y creencias saludables; percepción de situaciones de riesgo y habilidades de comunicación y de toma de decisiones).

Este importante programa se basa en el conocimiento de que el consumo de drogas no depende solo de un factor causal, sino que son varios los factores en juego; por eso no solo se trabajará la información sobre las distintas sustancias y sus consecuencias para la salud sino que los alumnos aprenderán «habilidades para la vida».

Y ¿qué son las habilidades para la vida?  Se trata de un conjunto de destrezas y de aptitudes que colaboran en la formación de la personalidad de una manera integral además de ayudar a prevenir el consumo de drogas.  La asertividad, las habilidades sociales, la autoestima, la autocomunicación, el autocontrol emocional, la toma de decisiones y el análisis crítico de la publicidad, formarían parte de estas habilidades que mejoran la capacidad de los adolescentes para enfrentarse a los diferentes retos que les plantea la vida.

En esta etapa de la vida es también  especialmente importante el desarrollo de la AUTOESTIMA, donde la persona necesita hacerse con una firme identidad, es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia el futuro.

Es muy importante tener en cuenta de que es en el seno de la familia  el mejor lugar para hacer prevención sobre las drogas, y en donde se deben  inculcar normas, valores y  limites coherentes, así como un sentido de la responsabilidad. La prevención nos atañe a todos, especialmente a los padres/tutores, profesores, instituciones, medios de comunicación, etc.

Aunque prevenir las drogas no sea una tarea sencilla, el esfuerzo merece mucho la pena ya que es una inversión en salud y una apuesta por el futuro de nuestros jóvenes. Es necesario poner todos los medios a nuestro alcance para hacerlo.

Para más información podéis consultar la página web del Comisionado Regional para la Droga de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades a través de:

http://www.jcyl.es/ en donde encontraréis documentos como Guías para Padres y Madres que se pueden descargar gratuitamente.

Web de Prevención: http://www.alertadrogas.jcyl.es/

¡Desde aquí os animamos a participar y a convertirnos en Protagonistas! 

¡¡Hacedlo por ellos!!

 

coopfederJunta Castilla y León

 

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