IPv4: Norteamérica se queda sin direcciones

Todos nuestros dispositivos necesitan de una dirección IP para poder conectarse a Internet. Europa ha agotado ya su cupo de direcciones IPv4, y la progresión del número de dispositivos conectado a la red de redes ha hecho que Norteamérica sea ahora la que se ha quedado sin estas direcciones que identifican de forma indivisible a cada uno de los dispositivos conectados.

ipv4El salto al nuevo IPv6 lleva produciéndose años, pero a pesar de ello muchos se han resistido a migrar al nuevo estándar. La resistencia al cambio no podrá durar mucho más, porque solo África dispone ya de bloques de direcciones IPv4 disponibles. Éstas se acabarán en 2019, según las estimaciones.

Las direcciones IPv6, preparadas para la Internet de las Cosas

El nuevo sistema de direcciones IP lleva disponible desde 1999 y deja atrás las limitaciones del anterior sistema, que parecía ir sobrado cuando se creó en los años 70. ¿Quién imaginaría que habría más de 4.300 millones de dispositivos conectados? Con el direccionamiento de 128 bits de IPv6 el número de direcciones disponibles es astronómico (340 sextillones), y aunque es mejor ser precavidos, no parece probable que afrontemos un problema como el que tenemos ahora con las direcciones IPv4.

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La transición depende sobre todo de los proveedores de acceso a Internet, que han tenido que realizar -y seguirán teniendo que hacerlo- la traducción de un espacio de direcciones al otro cuando el tráfico entre los nodos lo requería, y algunas corporaciones han acudido a una práctica curiosa: la de comerciar con paquetes de direcciones para poder seguir pudiendo vender este tipo de servicio a sus clientes. Un paquete de bloques de direcciones IPv4 de 65.536 direcciones (lo que llaman un /16) hace que cada dirección le cueste entre 7 y 8 dólares al comprador de las mismas. Una pequeña fortuna.

El problema de ese cambio a direcciones IPv6 reside como explican en ArsTechnica en el hecho de que muchas redes de datos simplemente no han habilitado este nuevo sistema, algo que aunque no es especialmente difícil, «tampoco es trivial en grandes redes«.

Todos los componentes de una red -ISPs, routers, cortafuegos, servidores DNS, balanceadores de carga…- deben tener soporte para IPv6 y deben reconfigurarse para este propósito, y esa es una tarea sobre todo engorrosa que las distintas entidades están tratando de aplazar lo máximo posible. La situación actual de convivencia entre ambos sistemas se alargará aún unos cuantos años, y puede que el proceso se acelere si como todo parece esa Internet de las Cosas de la que tanto se habla se hace realidad.

Artículo original en xataka.com