
Pasamos a cada apartado.
Salmo adaptado
¡Pastor Amigo, Jesús! Te alabamos hoy, porque Tú eres el pastor que nos guías.
Gracias por la hierba verde y el agua fresca, ¡Tú nos das la fuerza cuando la vida nos cansa!
Si hay cañadas oscuras o si nos da miedo, dinos que no hay problema, ¡que Tú eres nuestro escudo! Tu vara y tu cayado nos hacen sentir en paz.
Queremos tu bondad y tu amor sin fin, que nos acompañen siempre, de principio a fin. ¡Contigo vivimos felices!
Amén.
Comenzamos haciendo la Señal de la Cruz:
¿Quién dirige tu vida ? ¿ De quién te fías? ¿ Quién está siempre para sostenerte y evitar que te caigas ?
1 El Señor es mi pastor,
nada me falta:
2 en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
3 y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
4 Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
5 Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
6 Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
Después de la lectura del salmo y en un ambiente de silencio se invita a los alumnos a decir interiormente : acepto tenerte a mi lado, deseo sentir tu mano sobre mi hombro. Tú estás conmigo, Tú eres mi amigo, Tú eres mi pastor.