
Pasamos a cada apartado
https://www.youtube.com/watch?v=9E5oPIaZOx0
Jesús nos cuenta que su amor es como una semilla y nuestro corazón es la tierra donde cae.
A veces la semilla de su amor no crece porque estamos muy distraídos o porque nos rendimos rápido cuando las cosas se ponen difíciles o porque las peleas y los celos nos tapan el corazón.
Jesús nos pide que tengamos un corazón limpio y tranquilo la Tierra Buena para que su amor crezca mucho y se convierta en mucha alegría mucho perdón y mucha ayuda para todos.
Vamos a pedirle a Dios que nos ayude a tener un corazón así de bueno rezando el Padrenuestro.
Padre nuestro que estás en el cielo...
Más de 365 millones de cristianos, 1 de cada 7 en todo el mundo, sufren altos niveles de persecución y discriminación a causa de su fe, según destaca el informe Lista Mundial de la Persecución 2024.

A lo largo de este curso, en algunas oraciones de la mañana, vamos a conocer la historia de estas personas .
Los cristianos somos sensibles a las necesidades y problemas de nuestro mundo y de las personas que están a nuestro alrededor.
Comenzamos haciendo la señal de la cruz.
“NIGERIA. “El 20 de octubre de 2018 la luz se apagó en mi vida. Estábamos trabajando en nuestra granja en Maiduguri, cuando de pronto nos vimos rodeados por Boko Haram” , explica la joven cristiana, Janada Marcus. Los terroristas apuntaron a su padre y le dijeron que les dejarían en libertad si mantenía sexo con su hija. “No pude contener las lágrimas, temblaba. Su padre inclinó la cabeza y respondió: “Antes prefiero morir que cometer esta aberración” . Uno de los hombres sacó un machete y le cortó la cabeza. Dos años después, Janada fue secuestrada por terroristas. “Durante seis días me torturaron emocional, física y mentalmente. Sufrí experiencias tan terribles y perversas que aquellos seis días me parecieron años. El 15 de noviembre de 2020 me dejaron en libertad y mi madre me llevó al Centro de Atención al Trauma gestionado por la diócesis de Maiduguri. Tras recibir tratamiento médico y después de seis meses de terapia, oración y orientación, hoy estoy recuperada. He aprendido el arte de sanar dejando atrás mi dolor. Al principio me alejé de Dios. ¿Dónde estaba Dios cuando mataron a mi padre, cuando me torturaban? Tras mi proceso de sanación, aprendí que Dios nunca me abandonó. Seguiré confiando en Él y le serviré durante el resto de mi vida (...) Es difícil pero lhe perdonado en mi corazón a mis agresores y rezo por la redención de sus almas” .
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