Los 10 mandamientos para educar a tus hijos
María Montessori afirmó:
“La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle”.
Sin duda, es también lo más difícil, sobre todo para los padres, que en muchas ocasiones tienen la tendencia a sobreproteger a sus hijos. Sin embargo, uno de los principales objetivos de la educación es desarrollar la autonomía y la independencia de los niños.
1. No decidas por ellos.
2. Deja que cometan sus propios errores.
3. Dales obligaciones adaptadas a su edad.
4. Vive con ellos, no sobre ellos.
5. Brinda un buen ejemplo a diario.
6. Ponles límites justos.
7. Escúchales siempre que lo necesiten.
8. Reconoce su esfuerzo siempre.
9. Pide perdón cuando te equivoques.
10. Demuéstrales a diario que les quieres.
ORIENTACIONES PARA EL VERANO
Llegan las esperadas vacaciones de verano y no siempre resulta fácil organizar el tiempo familiar.
Les ofrecemos una serie de sugerencias para afrontar el verano de manera diferente, descubriendo y aprovechando las posibilidades que esconde y así favorecer el desarrollo de sus hijos e hijas.actividades-verano
•Se ha de buscar el disfrutar juntos todos los miembros de la familia: paseos a pie o bicicleta, comidas al aire libre, descubrir lugares nuevos…
•Implicar a todos los miembros de la familia en la preparación de las actividades.
•Desarrollar la autonomía: responsabilidad, cooperación, solidaridad, compartir las responsabilidades de la casa con los niños y niñas(recoger su habitación, ayudar a preparar las comidas, hacer la limpieza, ir de compras, ocuparse de las plantas, limpiar el coche, etc).
•Potenciar juegos variados y compartidos: procurar evitar que vean mucha televisión o estén jugando todo el día con los videojuegos y proponer otras actividades alternativas. Disfruten jugando con sus hijos e hijas. Busquen juegos adecuados a la edad de sus hijos, y enséñenles alguno nuevo.
•Mantener los hábitos de trabajo escolar: elegir el material más apropiado bajo los consejos de las maestras y maestros. Busquen y establezcan con sus hijos el mejor momento para realizar estas tareas, procurando respetarlo a lo largo de las vacaciones.
•Fomentar la organización de sus propias actividades: permítale disfrutar de ese especial sentido de libertad que dan las vacaciones, de forma que puedan disponer de un tiempo al día para que lo puedan emplear como mejor les plazca, aprendiendo, además a organizar sus propias actividades de ocio.
•Desarrollar la convivencia, favoreciendo la relación con otros niños: campamentos, ludotecas, parques, etc.
Desde el Departamento de Orientación les deseamos:
¡FELIZ VERANO A TODOS !
10 VALORES QUE DEBEMOS INCULCAR A NUESTROS HIJOS E HIJAS
Amabilidad: ser cariñoso y gentil con uno mismo y con los demás. La mejor manera de enseñarles esto, es a través del ejemplo que los padres mostramos a diario. Dar gracias frente a los halagos o préstamos, compartir juguetes con los compañeros y mostrar afecto hacia los amigos serían algunos métodos.
Respeto a la diversidad: todos somos iguales independientemente de la apariencia física, el color de la piel o las costumbres que tengamos. Debemos mostrar a nuestros hijos una cultura sana y abierta, donde la comprensión y la solidaridad vayan de la mano. Leer cuentos sobre otras culturas, viajar a lugares distintos o llevarlos a campamentos de verano, serían actividades muy recomendables para su fomento.
Obediencia: todo el mundo necesita ceñirse a una serie de normas que distinguen lo autorizado de lo que no. Una forma de enseñar a los niños este valor es explicarles el por qué de las órdenes.
Amor a la naturaleza: la mejor manera para que los pequeños aprendan este amor es enriquecer sus vivencias, planificar actividades al aire libre, ya sea en montaña, campo o playa. Fomentar que ellos mismos pregunten cómo cuidar su entorno les ayudará a afianzar este amor.
Amistad: es uno de los valores más importantes, el que más falta nos hará a lo largo de toda nuestra vida. Por ello, debemos hacer hincapié en crear y fortalecer las relaciones sociales de nuestros hijos. Invitando a los amiguitos a casa, fomentando el compañerismo en clase y en el parque, estaremos ayudando a su desarrollo.
Tolerancia: debemos enseñar a nuestros hijos que es muy importante escuchar a los demás, intercambiar ideas sin peleas, y respetar cualquier opinión aunque no la compartamos.
Perseverancia: es muy importante enseñar a los hijos a levantarse si algo no les sale bien y a volver a realizarlo tantas veces como sea necesario para conseguir el objetivo.
Respeto al bien común: debemos enseñar a nuestros hijos el valor de las cosas. Es importante enseñarles a cuidar su entorno: respetar parques, usar papeleras, etc. Pero también, hay que explicarles el cuidado a los objetos.
Por último destacaremos la generosidad y la bondad. Ambas van de la mano. Hay que explicarles el significado de lo que es bueno y lo que es malo. Debemos enseñar a compartir evitando el egoísmo propio de determinadas edades.
EL PASO A LA ESO
Nuestros alumnos/as se encuentran ya en la preadolescencia, una etapa vital en la que, además de importantes transformaciones cognitivas, experimentaran espectaculares cambios biológicos y socio-afectivos.
Supone un paso más en la construcción de su persona, en la que van a tener un papel destacado las relaciones que se establecen con amigos y amigas, familia y profesorado.., así como las experiencias y conocimientos que están adquiriendo en el ámbito escolar.
Comienza pues, una época de cambio, con novedades estimulantes y satisfactorias, aunque no exenta de riesgos, agobios inseguridades, confusiones…
Estos nuevos retos y nuevos problemas se verán paliados por las nuevas capacidades que afloran para resolverlos. Sin embargo, no podemos olvidar que ahora empiezan otras dificultades: ese proceso de cambio tanto físico como psicológico, que empieza a hacerse patente, va a repercutir además en como se sienten los alumnos/as de estas edades, cómo su estado de animo fluctúa entre tendencias de signo-opuesto: tristeza-alegría, timidez-apertura y protagonismo, necesidad de guía, y seguridad-necesidad de autonomía y riesgo, confianza-desconfianza, tranquilidad-inquietud, indiferencia-implicación, conformismo-inconformismo…, fluctuación que se radicalizará a medida que se acerque la etapa de la adolescencia
Todo esto no es fácil de asumir y es normal que se sientan a veces raros, con cambios de humor inesperados, con reacciones que incluso a ellos mismos desconciertan, dando muestras de cierta confusión e inseguridad.
De ahí la importancia de hacerles saber que esta nueva situación es normal, porque los cambios que comienzan a experimentar les van a hacer sentirse unas veces llenos de optimismo y entusiasmo, capaces de afrontarlo todo, mientras que en otros momentos se mostraran con una aptitud negativa, de rechazo e inseguridad, que ni siquiera ellas y ellos podrán explicar. Y todo lo lo anterior es posible sin que hayan de sentirse mal consigo mismos y /o con las demás personas, sino, por el contrario, entendiéndolo como un estado normal, naturalmente asumible y superable.
Dto.. de Orientación
4 CLAVES PARA SUPERAR UN ENFADO CON TU HIJO/A que no fallan
DIFERENCIAS ENTRE CASTIGO Y CONSECUENCIA
Cuando tu hijo o hija no cumplen con las normas de casa, no es lo mismo un castigo que una consecuencia, hay una gran diferencia.
Los castigos necesitan imponerse. Son punitivos. Castigar es exigir recompensa y tomar represalias por la falta cometida. Si tú castigas, causas sufrimiento a tu hijo (y sentimientos de culpa a ti mismo).
En cambio, las consecuencias de una falta a las reglas son los resultados naturales de haber ignorado los acuerdos de la casa. Usar el concepto de “consecuencias” pone la responsabilidad sobre tu hijo: él ha decidido romper el trato común, y él ha escogido sus propias
Las consecuencias tienen como objetivo cambiar la conducta para que la falta no se repita. Por eso, es importante observar los siguientes principios:
Primero, asegúrate que las reglas, y el espíritu de las reglas de tu familia se compartan y se entiendan entre todos. Por ejemplo, si la regla es “no mentir nunca”, entonces todos los miembros de la familia tienen la costumbre de decir la verdad.
Las consecuencias deben ser relacionadas con la falta. No tiene ningún caso quitarle a tu hijo su entrenamiento de fútbol por no haber hecho la tarea de matemáticas.
Las consecuencias se ajustan al tamaño de la falta. No es lo mismo ensuciar la ropa que faltarle el respeto a tu mamá, ya que uno puede ser por descuido y el otro es un desafío deliberado.
No apliques consecuencias drásticas por faltas pequeñas. Tampoco tomes faltas graves a la ligera. El tamaño de la consecuencia es un mensaje sobre la importancia de un cambio de conducta.
Las consecuencias son inmediatas. En una familia no hay nada peor que guardar el desenlace de una falta para una “sorpresa” futura. En el momento en que se presenta la falta, se aplican las consecuencias.
Las consecuencias son finales. Una vez que tu hijo asuma las consecuencias acordadas, ya se olvida la falta. Borrón y cuenta nueva.
Las consecuencias son inmediatas. En una familia no hay nada peor que guardar el desenlace de una falta para una “sorpresa” futura. En el momento en que se presenta la falta, se aplican las consecuencias. “Hoy pegaste a tu hermano: hoy no tienes permiso de jugar con tus amigos (tienes que arreglar la relación con la familia primero).”
Las consecuencias son objetivas. No dependen de ti, ni tu estado de ánimo. Puedes estar de buenas, o de malas, pero la regla existe, se rompió y las consecuencias se asumen.
Las consecuencias son educativas. Aprender a aceptar las consecuencias de sus actos es un proceso formativo que llevará a tu hijo a tomar decisiones responsables en el futuro.
Publicado por orientacionandujar.
¿Sois padres? Concentraos en vuestras fortalezas
Oscar González en su blog nos dice que una de las actividades que suele proponer a las madres y padres que participan en sus cursos y talleres es la elaboración de su propio DAFO familiar. Se trata de un método que les ayuda a analizar la situación concreta de su realidad familiar a través de un análisis de sus:
· Debilidades
· Amenazas
· Fortalezas
· Oportunidades
El objetivo es que una vez analizado todo esto definan acciones concretas y se pongan en marcha para mejorar sus debilidades haciendo frente a las posibles amenazas. También destaca que deben potenciar sus fortalezas aprovechando al máximo las oportunidades que se presentan: concentraos al máximo en vuestras fortalezas. Según Tal Ben-Shahar “los que invierten en sus fortalezas son más felices y tienen más éxito”. Aquí cuando hablamos de éxito nos referimos a poder conseguir lo que deseamos: educar de la mejor manera posible a nuestros hijos. Continúa leyendo
¡CONOCIENDONOS PARA CONVIVIR!
Durante las últimas semanas, en Educación Primaria y Secundaria, realizamos los test sociométricos y convivencia escolar en el aula de informática a los alumnos de 2º a 6º de primaria y de 1º a 3º de la ESO con el fin de conocer, analizar y favorecer una adecuada integración de nuestros alumnos/as y, por supuesto, prevenir y/o solventar posibles conflictos.
Este año contamos con una nueva herramienta desarrollada por el departamento de I+D+i en colaboración con el de Orientación, lo que nos ha permitido optimizar el proceso y facilitar posteriormente a los tutores los datos necesarios para actuar en sus clases.
QUE PODEMOS ESPERAR DE NUESTROS HIJOS EN CADA ETAPA
Con frecuencia cometemos un error bastante común entre los padres: esperamos de nuestros hijos “más de lo que pueden dar” para su edad o nivel de desarrollo. Es importante que conozcamos qué podemos esperar de nuestro hijo en cada etapa educativa, qué grado de autonomía necesita y, sobre todo, qué responsabilidades puede empezar a asumir en función de su edad y actuar en consecuencia. Para educar bien a un niño es fundamental conocer con exactitud su proceso de desarrollo. Esto nos permitirá ofrecerle en cada momento aquello que realmente necesita.
¿En qué nos puede ayudar esto?
Pues básicamente nos servirá para aprender a diferenciar entre una conducta totalmente normal de otra que no lo es e intervenir de manera adecuada para darle solución. Aprenderemos que hay conductas totalmente normales para la edad que tiene el niño y que, por tanto, podemos y debemos “dejar pasar” pues con el tiempo desaparecerán. Por el contrario, encontraremos otras que no podemos dejar pasar y nos tocará intervenir para mejorarlas y solucionarlas. No debemos olvidar que le niño tiene unas necesidades específicas en cada una de las etapas del desarrollo y los padres debemos ser conocedores de las mismas ya que nos facilitarán y mucho nuestra tarea educativa.
Veamos algunos ejemplos:
· Estamos en la cola de la caja del supermercado esperando a que nos toque el turno para pagar y queremos que nuestro hijo de dos años espere pacientemente sin moverse, sin tocar nada, etc. Pues no, lo normal es que haga esas cosas que he mencionado y muchas más ya que el niño está explorando pues se trata de una de las características propias de los niños de su edad: está descubriendo el mundo. Si los padres no tomamos conciencia de ello, nos pasaremos el tiempo corrigiéndolo y llamándole la atención pensando siempre que el niño se está comportando mal y que debemos darle solución.
· El niño con ocho o nueve meses de edad que está en la trona con sus juguetes y los tira al suelo para que los recojamos. La primera vez nos hace gracias pero a la tercera nos enfadamos y le decimos “no se tiran al suelo” pero el niño con una sonrisa en la cara nos mira y los vuelve a tirar. De inmediato pensamos “me está retando” lo cual dice mucho de nuestro desconocimiento de lo que se espera de nuestro hijo en esta etapa educativa. El niño no nos está retando: está aprendiendo, está explorando…
Si a esto le sumamos que tenemos varios hijos es importante que nos adaptemos a cada una de las edades de éstos sin esperar ni exigir lo mismo a cada uno de ellos pues de lo contrario estaríamos siendo muy injustos. A cada uno le ofreceremos lo que necesita.
Carlos Goñi y Pilar Guembe lo explican muy bien en su libro “Educar sin castigar” (Desclée De Brouwer):
“Nuestro hijo necesita atenciones cuando es bebé, limitaciones cuando es niño y razones cuando es adolescente. En este sentido, la educación adopta la forma de una pirámide de necesidades en cuya base están las atenciones, más arriba las limitaciones y en el tramo final las razones, de modo que todo se sostiene si en cada fase se atiende a las necesidades correspondientes”.