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Oración del día



Una historia de Adviento - Personaje triste

Continuamos con nuestra historia de Adviento centrada en cada uno de los personajes del Belén.

Si recordamos la historia, María había recibido la noticia de que iba a ser la madre de Jesús, y se lo contó a José. Pero a José le costó un poco creerla al principio, así que tuvo que vencer sus miedos. Sin embargo, después de hacerlo, José estaba super feliz. Se puso a trabajar con mucho entusiasmo en la preparación de todo lo que iba a necesitar el niño: una cuna, una silla, una mesa, una cuchara… todo ello de madera, puesto que José era carpintero.

Tan entusiasmado estaba que se quedó sin material, así que salió al mercado a comprar más. Entre el barullo de personas que había allí, descubrió a lo lejos a un amigo suyo, así que corrió a saludarle. Pero cuando llegó se quedó sorprendido: su amigo tenía mala cara, parecía que estaba triste.

“¿Qué te ocurre?” - le preguntó José -
Aquel amigo le contó que estaba triste porque últimamente parecía que le salía todo mal. Había cometido un error, se sentía culpable, se había enfadado y se había quedado sin amigos. Estaba tan triste que pensaba que también Dios le había abandonado porque se sentía como vacío por dentro.

José le escuchó, en el fondo sentía compasión por su amigo. Decidió contarle a su amigo la aparición del ángel y la noticia que les había dado a María y a él. Le contó también que se trataba del acontecimiento que habían estado esperando durante mucho tiempo: la promesa que Dios había hecho de que nadie estaría ya solo. También le dijo que esa promesa había sido anunciada antes por los profetas, que habían dicho que Dios vendría a solucionar los problemas y que traería la paz.

El amigo escuchaba a José, pero no terminaba de querer creérselo. Así que al final, José, le pidió un favor: “quizás no puedes creer porque estás tan triste y enfadado que ahora mismo lo ves todo negro… quita esa tristeza y ese enfado de tu vida, deja de escucharlos y comienza a escuchar esta otra voz”.

“Vale, lo intentaré” - dijo su amigo. Así que aquella tarde hizo el propósito de salir de su tristeza. 

Fue entonces cuando sucedió algo increíble: la voz de la tristeza desapareció, y comenzó a escuchar como un sonido de campanillas y de fondo algunas voces que cantaban una canción.

Terminamos por hoy la historia, que nos habla de cómo también este personaje triste se implica para salir de la situación que no le dejaba ver ni escuchar nada más que su propia tristeza. Aquello que le movió fue la esperanza de que su situación podía cambiar.

Terminamos rezando todos juntos esta oración:

Gracias, Jesús, por este tiempo de Adviento
en el que van apareciendo las señales de tu llegada.
Ayúdanos a descubrir, en cada una de las figuras del Belén,
aquello que las mueve a implicarse
en acoger y preparar tu venida. Amén.